Frases de amor de Khalil Gibran quién fue un poeta, pintor, novelista y
ensayista libanés nacido en Becharré, Líbano, el 6 de enero de 1883 y
fallecido por un síncope el 10 de abril de 1931 en Nueva York. La
ortografía de su nombre más conocida procede de la transcripción inglesa
del original árabe. La transliteración correcta en español más
utilizada en publicaciones especializadas, es Yibrán Jalil Yibrán.
“La vida sin amor es como un árbol sin flores o frutos.”
“Permitan que haya espacios en su unidad y dejen que los vientos de los cielos bailen entre ustedes. Ámense el uno al otro pero no hagan del amor una prisión: déjenlo en vez que sea un mar moviéndose entre las orillas de sus almas.”
“Siempre ha sido que el amor no conoce su propia profundidad hasta la hora de la separación.”
“Si amas a alguien, déjalo ir, porque si regresa siempre fue tuyo. Y si no, nunca lo fue.”
“El amor y la duda nunca se han hablado.”
“El amor es felicidad temblorosa.”
“El amor no posee ni será poseído, porque es suficiente en sí mismo.”
“La mitad de lo que digo no sirve para nada, pero lo digo para que la otra mitad pueda llegar a ti.”
Fue el segundo de cuatro hermanos, vivió con ellos hasta los 11 años, cuando gran parte de su familia emigra a los Estados Unidos en busca de nuevas oportunidades para trabajar y vivir. Antes de ese viaje, aprende de otras personas, entre ellas su abuelo materno, del conocimiento del arte y del saber universal, que fueron base para la literatura y la pintura. Ya con el tiempo aprendió y cultivó con devoción el inglés, lengua que haría famosas sus novelas, aunque no olvidó el árabe, que perfeccionó tras su regreso al Líbano, en 1898.
Dicen las reseñas que durante
esa estancia en su país natal, se destaca por su habilidad en el dibujo
y nace en él la idea de escribir un libro, que con el tiempo sería su
obra cumbre El Profeta.
Se ha dicho que cuando fue publicado por primera vez, en 1923, este
pequeño libro no tardó en recibir elogios de la crítica e interés por
parte de los lectores. Simples, integradores y profundos, sus mensajes
se encuentran asentados sobre una espiritualidad más allá de las
religiones y, principalmente, en constante búsqueda de las coincidencias
entre los credos. El amor al prójimo, la pertenencia de cada
individualidad a un Todo unificador, el respeto por todos los seres de
la creación, la libertad y la certeza de que la vida es un camino de
aprendizaje que concluye una vez que el ser humano retorna a esa
Totalidad, son parte de la filosofía que este profeta descubre ante los
ojos de los ciudadanos de Orfalese y, por extensión, ante los lectores
del mundo. El Profeta es, sin dudas, el gran libro de Kahlil Gibrán.
Pero, sobre todas las cosas, se trata de uno de los textos más
celebrados en el difícil camino de conjugar la literatura con la
espiritualidad.
Sus frases de amor son claras, simples de
entender, e identifican verdades internas de todo el que las lee. Lee
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